jueves, 23 de octubre de 2014

Siempre nos quedará Nottingham III + Londres

¡Hola caracolas! ¿Cómo va eso?

Acabo de entrar en mi última semana en CWP (puesto que el próximo miércoles será mi último día con ellos) y esto ya huele a despedida por todos lados. Pero hasta que os dé la chapa con eso, dejadme que os cuente cómo fue mi semana pasada entre Nottingham y Londres.

Lo primero es lo primero. Como ya os conté en mi entrada anterior lo más interesante que hice durante los dos días de training, creo que es el momento exacto en el que tengo que decir que me lo pasé genial porque me volví a encontrar con muchos de los voluntarios que conocí en mi on arrival training. Mucha ilusión ver que seguimos todos vivos, que casi todos estamos asqueados del país (menos mal, pensé que era solo cosa mía) y además mucha ilusión conocer a otros voluntarios que acaban de llegar. Sobre todo porque tienen una edad limitada entre 18 y 20 y todavía se les nota esa ilusión por hacer el gamberro que nosotros perdemos con los años (unos más que otros). Todavía me acuerdo como si fuera ayer de cuando llegué yo con toda la ilusión del mundo. Fue bastante chulo que nos juntaran con ellos para darte cuenta de cómo han cambiado tus expectativas por el proyecto a lo largo de estos meses.




Después de Nottingham, caminito de Londres con un montón de EVSs (menos mal, porque temía perderme por allí) y de cabeza al concierto de Vetusta. Ya sabéis que los he visto mil veces pero en Londres fue distinto. Porque estás en otro país pero estas rodeada de españoles. Y porque todos nos miramos con cara de "como echaba de menos este tipo de fiestas donde la gente no pide perdón por todo, se empuja, salta, baila y canta a grito pelao". Donde bebes Estrella Galicia y no Stela. Esas cosas sencillas que vas echando de menos cuanto más tiempo pasas fuera. Pero el concierto fue diferente a los otros 9 conciertos de Vetusta en los que he estado. Porque cuando la gente cantaba, cantaba con un poco de rabia. Sobre todo canciones que hablan sobre despedidas o dejar algo atrás. Todo muy genial, pero para mí, lo mejor fue la versión de Copenhague, que nunca fue mi canción favorita de Vetusta pero que esta vez sonó diferente en mi cabeza y que ha ganado muchos puntos. Para mí el momentazo de la noche.


Pero no solo conciertazo, el finde fue genial y me fui de museos con Cristina, con la que estuve todo el sábado y con la que me vi todas las películas posibles. Pero las dos mejores, una sobre la restauración de un Rothko en el Tate Modern y otra sobre un grupo de personas ciegas a las que les daba un papel enorme para que pintaran su retrato y un paisaje. Y fue lo más triste que he visto nunca. Buenísimo. Así que gracias a Gracia, Cristina y amigos por dejarme acoplarme un fin de semana. Fue la leche. A pesar de traerme un catarrazo de tres pares desde Londres. Pero bueno, ¡este país no me iba a dejar marcharme de rositas! Os pondría fotos, pero no saqué yo ninguna y no voy a presionar al resto que también tienen vida así que conformaros con lo que hay.



Y nada, aquí estoy con toda la intención de terminar mi youthpass en breve aunque estoy esperando a que Bob nos envía un email con todas las ideas de ltraining (para robarlas, qué pasa, había ideas muy buenas y soy la primera del grupo en irse).

Así que, hasta la siguiente, nos leemos en Preston (con amor)

No hay comentarios:

Publicar un comentario